domingo, 22 de enero de 2012

Parto I (15 de Enero de 2012)

Hace una semana exacta Nicoletta estaba a puntisimo de aparecer en mi vida! Ojalá pudiese volver a vivir ese día tan doloroso y a la vez tan tan feliz... 

Tras un sábado de lo más movidito, amanecí el domingo 15, incorporando unos molestos dolorcillos a mis apacibles sueños de las 6 de la mañana. A las 7 recobré la conciencia y me di cuenta de que eran mis primeras contracciones y no solo eso: a 7 días post fecha prevista de parto, acababa de expulsar el desconocido tapón mucoso del que oí hablar por primera vez en las clases pre-parto.

Corriendo puse un whatsapp a mi madre, madrugadora habitual incluso en fines de semana pero para variar, como cada vez que la he intentado localizar en esta ultima semana, fue mision imposible. Ella siempre está online salvo cuando de verdad tiene que estarlo, ja ja!

Asi que para pasar el rato empecé a informar a mis más madrugadores amigos que estaban camino de la Media Maraton de Sitges y que no tardaron en contestar amenizando mis primeros dolores.

Un poco más tarde, amaneció mi madre, que en un plis se plantó en mi casa con croissants de chocolate para un regimiento x si aparecían más seguidores en directo del previo a mi parto. Mientras ya estaba online retransmitiendo a todas mis amigas, la evolución de mis contracciones.

Para acelerar el proceso, cogí el coche y fui a buscar a Nicoletta perro para dar un largo paseo con ella y con mi madre por el parque del Putxet. Alli estuvimos unas 3 horitas, a ratos caminando y a ratos descansando, con mi madre libreta en mano (como puede apreciarse en la foto) anotando la periodicidad de mis contracciones e insistiendo en la necesidad de personarse en la maternidad desde las 9 de la mañana por si las moscas.




Lo peor era que mis amigas opinaban como ella! Asi que x un momento me sentí totalmente sola frente a mi cercano destino.

Total que empezamos el día ya casi peleadas, xq yo al contrario que ellas, precisamente tenía claro que quería aparecer ahí last minute, con la cabeza de la criatura prácticamente asomando, para poder estar relajadamente en casa durante el periodo de dilatación. Y mi madre acusandome de que yo lo único que me proponía era salirme con la mía de parir en casa como me hubiese gustado en un principio antes de experimetar en mis propias carnes las visicitudes de los partos de la humanidad.

He tenido un embarazo tan maravilloso que pensé que el parto tenía que ser pan comido, y que podía ser perfectamente que en una contracción más subidita de tono de lo habitual, se me escapase la criatura en casa o por el camino antes de llegar a la maternidad, ja ja! Que ilusa....

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